Este fin de año ha sido el del retorno, después del Coronavirus y eso ya lo hacía especial, escogimos un lugar tranquilo, idílico e íntimo para celebrarlo en grupo, en plena Vall d'en Bas.
Sierras, crestas enriscadas como las de Cabrera dels Llancers, de Freixaneda o el Puigsacalm, rodean prados y bosques de hayas, encinas y robles hasta llegar a la llanura d'en Bas. Una llanura que posee uno de los suelos más fértiles de toda Catalunya y que está surcada por una multitud de rieras y arroyos que vierten sus aguas al río Fluvià.
La primera excursión fue a Olot capital de la Garrotxa, donde fuimos a visitar la Casa Museo Can Trinchería.
Es una de las casas solariegas más importantes de Olot. Fue construida en la primera mitad del siglo XVIII, si bien el resultado actual es producto de diferentes ampliaciones y reformas posteriores. Su nombre se debe a que desde sus orígenes ha sido habitada por el linaje Trinchería. Los Trinchería son originarios de Prats de Molló, población del Rosellón que en 1659 pasó a Francia en virtud del Tratado de los Pirineos.
En la Planta noble, se encuentra el pesebre monumental, de influencia italiana, ubicado en la sala de la parte soleada de la casa. Considerado único en Cataluña, se da por seguro que su iniciador fue Ignacio de Trinchería, hijo heredero de José de Trinchería.
Beget. Data del Siglo X, es un pequeño pueblo donde su arquitectura medieval como sus puentes del Siglo XIV y también la imponente Torre del Reloj de Beget de cuatro pisos (22 metros).
Probablemente, la verdadera joya de Beget, es su Iglesia Románica, del año 979, y también su Cristo Majestad, presidiendo el Retablo Barroco del año 1.682, colocado en el presbiterio de la Iglesia.
El pueblo es exquisito, hay que disfrutar dando un paseo por sus calles gozando de sus casas de arquitectura medieval y disfrutar de sus maravillosos puentes que datan del siglo XIV.
Por la noche celebremos el fin de año de forma intimista y con mucha alegría entre todo el grupo.
Fue sede de un importante condado independiente, cuenta con un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los más bien conservados de Catalunya.
Forman parte de este conjunto la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII, la iglesia de Sant Vicenç del siglo XII, donde se conserva una capilla gótica lateral dedicada a la Vera Cruz; la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià del siglo XII; la casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Cúria Real. Destaca toda la judería, y en especial el Miqvé.
El majestuoso puente románico sobre el río Fluvià es otro de los vestigios del Condado de Besalú, que junto con el de Barcelona, Ripoll y el de Girona, vio el nacimiento de la nación catalana.
